La historia de Villa Ojo de Agua se entrelaza con la época de la conquista española en América.
Originalmente, estas tierras estaban habitadas por pueblos indígenas como los diaguitas, pero con la llegada de los españoles en el siglo XVI, comenzó un proceso de colonización y mestizaje.
El nombre "Ojo de Agua" proviene de una característica geográfica: la presencia de manantiales y fuentes de agua que eran fundamentales para la supervivencia de los primeros pobladores y viajeros.
Estos manantiales también sirvieron como puntos de descanso en las rutas comerciales que conectaban el norte argentino con el resto del país.
Durante el siglo XIX, Villa Ojo de Agua se convirtió en un centro agrícola y ganadero importante. La agricultura y la producción de cuero eran las principales actividades económicas de la región.
A medida que se establecieron más colonos y se construyeron infraestructuras, la comunidad creció y se consolidó como un punto clave en la provincia.
En la actualidad, Villa Ojo de Agua es conocida por su cultura arraigada, sus tradiciones folclóricas y la hospitalidad de sus habitantes.
Además, la localidad se ha convertido en un atractivo turístico gracias a su entorno natural, que incluye ríos y arroyos que ofrecen oportunidades para la pesca y actividades acuáticas.