Santo Tomé, en la provincia de Corrientes, Argentina, tiene una rica historia que se remonta a la época colonial.
Fundada en 1628, la localidad fue un punto estratégico en las luchas por la independencia argentina. Durante el siglo XVIII, Santo Tomé se consolidó como centro comercial y agrícola-ganadero, aprovechando su ubicación a orillas del río Uruguay.
La región fue escenario de conflictos históricos, y sus habitantes jugaron un papel crucial en la gesta independentista. La Catedral de Santo Tomé, con su imponente arquitectura neogótica, es un vestigio tangible de este pasado.
A lo largo de los años, Santo Tomé ha preservado su herencia cultural y ha celebrado fiestas y tradiciones, destacando la importancia de la ganadería en la región. La localidad ha evolucionado, manteniendo un equilibrio entre la tradición y el progreso, y sigue siendo un testamento vivo de la historia y la identidad correntina.