Su fundación se remonta al 28 de diciembre del año 1896, cuando el entonces gobernador de la provincia, Dr. Enrique Carbó, decretó la creación de la Colonia Santa Ana.
El primer poblador fue Santiago M. López, quien arribó junto a su familia y se estableció en el lugar.
La localidad se desarrolló a orillas del arroyo Santa Ana, y su economía se basó inicialmente en la agricultura y la ganadería. Posteriormente, la actividad turística se convirtió en uno de los principales motores de la economía local, gracias a la belleza natural del lugar y la tranquilidad que ofrece.
En el año 1985, la iglesia Nuestra Señora de la Merced, ubicada en la plaza principal de la localidad, fue declarada Monumento Histórico Nacional por su valor arquitectónico y cultural.
Actualmente, Santa Ana es reconocida por su hermosa costanera, su turismo rural, y su destacada producción de cítricos, que atrae a visitantes de toda la región.