Mendoza fue fundada en el año 1561 por Pedro del Castillo. Durante la época colonial, la ciudad experimentó un crecimiento constante gracias a su ubicación estratégica en la ruta comercial que conectaba Perú con Buenos Aires.
Sin embargo, su desarrollo se vio frenado por terremotos que sacudieron la región a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
En el año 1861, Mendoza se convirtió en la capital de la nueva provincia de Mendoza, creada tras la disolución del estado de Cuyo. La ciudad volvió a ser afectada por un terremoto en el año 1861, lo que impulsó la construcción de nuevas edificaciones más resistentes.
A lo largo del siglo XX, Mendoza continuó creciendo gracias a la irrigación de sus tierras con agua proveniente del río Mendoza, lo que permitió el desarrollo de la viticultura y la producción de vino, una de las principales actividades económicas de la región.
Actualmente, la ciudad es un importante destino turístico, tanto por su patrimonio histórico como por su oferta enoturística y de turismo aventura en los Andes cercanos.