La historia de Claromecó, Argentina, está estrechamente vinculada a su desarrollo como un destino costero a lo largo del siglo XX.
Inicialmente, esta área era escasamente poblada y dedicada a la agricultura y la ganadería, con escasa presencia humana.
Con el paso del tiempo, la llegada del ferrocarril en la primera mitad del siglo XX permitió un mayor acceso a la región, facilitando el transporte de productos agrícolas y ganaderos. A medida que se construyeron carreteras y se mejoraron las infraestructuras, Claromecó se convirtió en un atractivo destino turístico, atrayendo a visitantes que buscaban disfrutar de sus playas y belleza natural.
Hoy en día, Claromecó es conocida por su ambiente relajado y playas extensas de arena dorada, lo que la convierte en un rincón costero apreciado tanto por los visitantes locales como por los turistas que buscan la serenidad de la Costa Atlántica argentina. Su historia es un testimonio de cómo una región rural evolucionó para abrazar el turismo y la belleza natural.