La historia de Chivilcoy, Argentina, se remonta a sus orígenes indígenas antes de la colonización española. La zona fue habitada por pueblos originarios como los querandíes.
Durante el siglo XIX, con la expansión de la frontera agrícola, la llegada del ferrocarril en 1866 fue un punto crucial en el desarrollo de la localidad.
Chivilcoy experimentó un crecimiento demográfico y económico, consolidándose como un centro agrícola y comercial. Su ubicación estratégica y la fertilidad de sus tierras atrajeron a inmigrantes europeos, contribuyendo a la diversidad cultural de la región. A lo largo de los años, la ciudad ha evolucionado, incorporando avances industriales y culturales.
Durante el siglo XX, Chivilcoy se modernizó con la expansión de la industria y la mejora de las infraestructuras. La diversificación económica y la inversión en educación y cultura han marcado el carácter progresista de la ciudad. Hoy en día,
Chivilcoy conserva su rica historia, evidente en sus edificios históricos, plazas y la preservación de tradiciones que reflejan la herencia de sus primeros habitantes y colonizadores.