Alta Gracia, en la provincia de Córdoba, Argentina, tiene una historia rica que se remonta a la época colonial.
Fundada en 1588, la ciudad desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la región. Durante el período jesuítico, Alta Gracia fue sede de una estancia que influyó en la conformación de la identidad cultural de la zona.
En el siglo XVIII, se construyó la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, que aún hoy se erige como un testamento de la arquitectura colonial. A lo largo de los años, la ciudad fue escenario de eventos significativos, como la estadía del Che Guevara durante su infancia, marcando un capítulo importante en la historia argentina.
Además, la estancia jesuítica de Alta Gracia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, resalta la influencia de la orden en la región.
La ciudad ha preservado cuidadosamente su patrimonio, y los visitantes pueden explorar sus calles empedradas, monumentos históricos y museos que narran la rica historia de Alta Gracia, fusionando las huellas de los jesuitas, el legado del Che Guevara y la herencia colonial.